Me enamoré la primera vez que los ví, asi que me dije a por ello. Y tras leer numerosas recetas y manuales que circulan por la red, finalmente me decánté por la publicada por Sandra en la web La receta de la felicidad, no sin antes pensar para mí misma "Ane que la vas a liar".
Y para ser la primera vez que quito el miedo y me meto con ello he quedado contenta del resultado. Bien es cierto que no son perfectos, pero.... no hay más belleza que la imperfección, no?
Bromas aparte, es un primer paso dado de cuyo resultado espero que vaya perfeccionando la técnica, al fin y al cabo buena parte de la repostería es paciencia y práctica, práctica y práctica. Algunas de las conchas salieron un poco desconchadas, otras con alguna que otra burbujita, pero...todo se andará.
Esto de los macarons es una receta cuya leyenda según leas a unos u otros la ubicamos en diferentes lugares. En lo que coinciden casi todos es que son unos tentadores dulces de origen francés a base de clara de huevo y almendra rellenos de sabrosos ingredientes. Un clásico de las pastelerías francesas, donde se venden un sinfín de colores y sabores, y suelen reservarse para la sobremesa o la merienda, además de ser una excelete opción para regalar.
Pese a su aparente sencillez, los macarons no son nada fáciles de hacer, pero todo es empezar.
MACARONS DE VAINILLA RELLENOS DE DULCE DE LECHE